Abengoa, Martinsa, Pescanova, Sacresa… Son algunas de las de las quiebras que más han repercutido en la economía española.
En noviembre de 2015 saltaba la noticia que Abengoa presentaba en el Juzgado de lo Mercantil de Sevilla el preconcurso voluntario. Esta suspensión de pagos superó el record en el ranking de concursos de acreedores de España tras declararse en quiebra con un “de casi 9.000 millones. Esta pérdida eclipsó el concurso de acreedores de la constructora Martinsa Fadesa (7.200 millones) que se conoció en el año 2008.
Otras empresas famosas que lideran este ranking son: Nueva Rumasa, Sacresa o Pescanova…
Aquí, una muestra de la ‘lista negra’ que nadie quiere estar:
Esta semana se posiciona Isolux Corsán en este ranking. Siendo el cuarto mayor concurso de la historia de España. Isolux finalmente recurre al concurso al no poder abordar una segunda reestructuración de su deuda (en julio de 2016 fue rescatada por sus bancos acreedores, que desde entonces controlan la compañía).
Como he mencionado antes, esta es la lista en la que nadie quiere aparecer. Por desgracia, que una empresa se declare como insolvente esta al orden del día y es un riesgo que los proveedores tienen que asumir para poder realizar sus operaciones.
Los seguros de crédito cubren las insolvencias de derecho, indemnizando el 90% de la pérdida asegurada en un plazo máximo de 30 días.
La mejor opción para estar protegido ante cualquier impago es con la póliza Trade Liner que cubre todos los impagos, ya sean de hecho o de derecho. Este servicio es la forma más segura de poder operar con créditos, puesto que previamente a formalizar una operación con un cliente se informa de la situación de la empresa y la toma de decisiones es más óptima para el crecimiento de la empresa por que finalmente no generara una pérdida del activo corriente de la empresa.